lunes, 28 de mayo de 2012

Desengaños




—¡El siguiente! —ordenó Santa Claus, acariciándose la barba, con la vista perdida en la interminable fila de niños y madres que serpenteaba por el enorme hall del centro comercial.
La pequeña niña avanzó un paso, sosteniendo en la manito, en un suave temblor, el sobre que custodiaba su anhelado deseo.
—Felicidades —dijo Santa Claus, con voz opaca—. Como has sido una buena niña, tendrás tu regalo...
      La pequeña permaneció inmutable, resistiendo los tironeos de la madre. Algo la hab­ía hecho dudar, y clavó sus ojos en los del hombre.
        —No, mentira. Tú no eres Santa Claus. ¡Eres mi papá!
     —No es verdad —respondió el hombre, quitándose la barba postiza de un solo tirón—. Yo no soy tu papá. Mí­rame bien, no nos parecemos en nada, ¿ves? ¿Lo ves? Tu madre te lo explicará un día, no son cosas de niños. Ahora no puedo, estoy muy ocupado...
      Cuando por fin la niña se retiró, el hombre no pudo evitar un último gesto de dignidad: conteniendo las lágrimas, se decidió a leer las pocas palabras que ella le había garabateado en el papel:
      “Querido Santa, mi pedido es éste: ¡por favor, quí­tame de encima a mi padre, de la forma que sea! ¡Es un impostor!”

2 comentarios:

  1. http://lafraguadelasletras.ning.com/main/authorization/signUp?
    Hola Mario, llevo tiempo leyéndole a usted y a otro escritres que publican en blog. Mi amiga Gloria Díez y yo hemos creado una comunidad literaria enfocada a la mejora de textos, algo así como un taller literario virtual, personas como usted nos ayudaría a mejorar nuestros textos.
    Ojalá acepte esta humilde invitación, ahí le dejo el enlace, es una comunidad cerrada, para entrar hay que hacer un registro simple.
    Le invita, Natacha.
    Saludos cordiales.

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    Respuestas
    1. Gracias, Natacha.
      Voy a registrarme y seguimos en contacto por allí.

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