domingo, 13 de diciembre de 2015

José Luis Costanzo reseña "Esos Mundos"




Gracias a Qu Literatura tuve la fortuna de conocer a un autor memorable: Mario Alberto Berardi. Parece que nació (salvo que sea otra trama de la ficción) en la Provincia de Buenos Aires, más precisamente en Morón, que es la tierra de los Dabove.
La revista incluye un cuento singular, “Casualidades”, cuyo hilo conductor parece sinuoso y que abarca países, nacionalidades y tiempos disímiles. El lector va siguiendo el desarrollo, minuciosamente urdido, y anticipa desenlaces imaginarios que no se cumplen. Esta es una de las virtudes del autor, que nos va llevando por derroteros ficticios y que uno termina por aceptar como naturales. Las vertientes van confluyendo simétricamente hacia un final que no conviene revelar pero que dejará la sensación de que se ingresa con asombro en otro mundo.
“Esos mundos” (Ediciones Las ruinas circulares, Colección Torre de Babel, prismas de claros reflejos borgeanos), es el título elegido por el autor para reunir sus cuentos, que son fantásticos y muchas veces simultáneas ficciones científicas. “Habitación 307” es de naturaleza onírica pero también penetra en la entraña más íntima del oficio del escritor; un cuento tal vez perfecto, que al lector le será muy difícil olvidar. “Demasiado cine”, muy trabajado y con la solvencia de la dicción clásica, está escrito con un lenguaje plenamente cinematográfico. Uno puede ver, mientras lee, las escenas que se describen, y sentir la aceleración de los ritmos, el vértigo de la velocidad, las cambiantes modulaciones. El autor es un experto en cinematografía y aquí lo demuestra de un modo palmario.
“El archivista”, “La insignificante vida del Dr. Googlesmith”, “El otro mundo” son otros ejemplos de una misma atmósfera, aunque cada uno difiera en su abordaje y en su tema (“Extraña muerte en la vereda” parece policial, hasta que advertimos, de súbito, la presencia de lo fantástico) para ser por completo distintos. La neurociencia, los fenómenos de la memoria, las percepciones del tiempo, forman parte de varias narraciones.
La lectura del libro deja un agradable extrañamiento, como si uno se hubiese asomado con candor a esos otros mundos que perduran en él y los hubiera descubierto por sí mismo. Deja además el regusto de querer regresar e indagar en qué instante se produce el vuelco que lo desconcierta.
Uno de sus mayores méritos reside en que está muy bien escrito, algo infrecuente en los libros recientes que llegan a nuestras manos.

José Luis Costanzo
Librería "La calesita"
Av. de Mayo 762
Buenos Aires

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